jueves, 11 de febrero de 2016

Reseña Sueños de Piedra 



Autoras: Iria G Parente y Selene M Pascual
Nº de Páginas: 573
Editorial: Nocturna

Las autoras

Iria G Parente (1993) y Selene M Pascual (1989) son dos jóvenes autoras de Madrid y Vigo respectivamente. En 2012 escribieron su primera novela juntas, Pétalos de papel, que colgaron gratuitamente en Internet y que les valió una gran repercusión en las redes sociales y muchos lectores. En 2014 publicaron Alianzas (Everest), primer libro de la trilogía Cuentos de la luna llena, seleccionado por Babelia en su lista de las mejores lecturas juveniles del año y ganador de un Templis-premios de la revista juvenil El templo de las Mil Puertas-a mejor novela nacional perteneciente a saga.
Sueños de Piedra (2015) es su nuevo libro, una novela fantástica autoconclusiva que da una vuelta de tuerca a los convencionalismos del género.

Sinopsis

Érase una vez un reino muy, muy lejano donde un príncipe premió a un mago por ayudar a rescatar a una joven en apuros.
Encantador. Lástima que nada de esto sea verdad.

En realidad, el príncipe sueña con gloria y venganza; el mago, con que sus hechizos no sean siempre un desastre y la joven en apuros, con huir de un pasado que la atormenta... y del recuerdo del hombre al que ha matado. Érase una vez...

Mi opinión

Voy a empezar esta reseña diciendo que considero esta novela obligatoria a partir de la educación secundaria por los mensajes que encierra, y que pueden aprender los chavales además divirtiéndose.
Nos cuenta la historia de tres personajes. Tenemos a Arthmael, un príncipe caprichoso y malcriado que ha vivido siempre en la comodidad del palacio de su padre, el rey de Silfos, una región de Marabilia, la tierra fantástica de esta novela. Cuando Arthmael se entera de que su padre nombra heredero del trono a su hermanastro Jaques en vez de a él, enojado, decide abandonar Silfos en busca de monstruos que matar y damiselas que salvar para demostrar a su padre y a toda Marabilia que es digno heredero al trono.
Por otro lado, está Lynne, una prostituta que está harta de la vida en el prostíbulo teniendo que satisfacer a hombres que sólo la quieren para una cosa. Por eso decide huir, después de enfrentarse al dueño del burdel, que la trata como una mercancía al servicio de todos, para poder realizar su mayor sueño, convertirse en mercader como su padre, fallecido cuando era una niña.
Por último, Hazan es un hechicero, o más bien un intento de hechicero: un niño que ha sido expulsado de la torre de hechicería donde estudiaba por ser demasiado torpe, y que busca una cura para la enfermedad de su hermana.
Estos tres personajes se encuentran casi por casualidad, y deciden emprender un viaje cada uno con su objetivo, pero ayudándose mutuamente.
Es una aventura deliciosa, en la que destaca la evolución de los personajes, sobre todo de Arthmael, que con la ayuda de Lynne, siempre dispuesta a ponerle en su sitio, va aprendiendo durante el camino que lo más importante no es la fama, ni la riqueza, ni los juegos de faldas, sino la lealtad, la valentía, la amistad y el amor. Es increíble como un personaje que odias al principio, acabe despertando tu simpatía y cariño.
Lynne es un bombón de personaje, genialmente construido, y que representa con su tenacidad, su valentía a pesar de tener un pasado nada honroso, sus miedos también, sus sueños y su determinación, a muchas mujeres luchadoras, en un mundo que por desgracia tiene aún muchos vestigios machistas.
Hazan representa la bondad, la inocencia y la ingenuidad de los niños, que nunca piensan lo cruel que puede llegar a ser el mundo. Es un poco el que hace de nexo de unión entre Arthmael y Lynne en sus momentos de mayor tensión.
Decía que es una novela imprescindible para los adolescentes porque a pesar de ser una novela de fantasía, está llena de mensajes que pueden ser perfectamente aplicados al mundo real:  las mujeres que siempre están bajo el yugo machista, no se deben dejar intimidar, nadie es de nadie,  los egocentrismos no nos llevan a ninguna parte y la violencia de género es un mal que debería haberse erradicado ya, los celos no son amor, controlar no es amor, pegar no es amor. El amor es libertad.
Además, los sueños de Lynne son los sueños de todas las mujeres que en algún momento quisieron realizar sus ilusiones y no pudieron por su estatus o por simplemente ser mujeres, algo que me parece penoso. Por eso esta novela da esperanza y nos dice que seamos de la clase social que seamos, del sexo que seamos, de la raza que seamos, nuestra vida sólo la vivimos nosotros y no merece la pena venderla o renunciar a ella porque la sociedad o quien sea nos obligue a ello.
La relación que surge entre Arthmael y Lynne es otro ejemplo de cómo dos personas, si de verdad se quieren, no deben darle importancia a los mundos de donde vengan, por muy diferentes que sean, o dejarse influir por lo que piense la gente.
Introducir estos valores en novelas juveniles me parece una fantástica vía de enseñar y concienciar a la juventud sobre ciertos temas, y aquí Iria y Selene han hecho un excelente trabajo.




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